jueves, 24 de septiembre de 2015

LA CIUDAD COMO LUGAR

Algunos conceptos para una perspectiva optimista de vivir la ciudad.
Durante el siglo pasado el estudio de la ciudad se centraba en los aspectos negativos de la experiencia de vivir dentro de un ambiente urbano, estas posturas unificadoras y pesimistas destacaban rasgos como el desempleo, la contaminación, el hacinamiento y el ruido, además de los conflictos sociales fruto de la delincuencia y la explotación económica del espacio público.
Para Páramo (2004) la ciudad debe ser estudiada como una experiencia positiva que ofrece oportunidades para el crecimiento individual y el aprendizaje. La diversidad de fenómenos urbanos como consecuencia de las transformaciones económicas, arquitectónicas, tecnológicas y sociales, también son fundamentales en el estudio de la ciudad.
Según la teoría del lugar de Canter, éste es construido social y psicológicamente, denota una respuesta al ambiente físico así como una creación cultural que dota de significado el ambiente. El término ‘‘lugar’’ se entiende como la unidad de experiencia del ambiente geográfico con dimensiones tanto individuales como colectivas compuestas por: a) las propiedades físico-espaciales del lugar que sirven de escenario para b) las actividades o comportamientos que allí se desarrollan y c) las conceptualizaciones valorativas o representaciones que se generan en relación con la ocurrencia de esas actividades y las propiedades físicas.
Dentro de la ciudad prevalece el hogar, el vecindario, el ambiente de trabajo, el escenario educativo y la interacción entre estos. Desde la teoría de los sistemas de Bronfenbrenner se pueden identificar:
* Microsistemas: escenarios más inmediatos al individuo (barrio, lugar de trabajo o estudio).
* Mesosistemas: conexión entre diferentes escenarios, los cuales se influyen simultáneamente (colegio de los hijos).
* Exosistemas: influencias más externas de la conducta humana que limitan, restringen o condicionan las posibilidades para los otros sistemas. (Patrones valorativos y otras condiciones culturales, políticas, tecnológicas, etc.).
Otro componente del ambiente urbano destaca los roles y reglas del lugar, los cuales se refieren a la manera en que las personas se conciben dentro de la sociedad y como es su manera de relacionarse con el ambiente. Las contingencias o el aprendizaje de reglas nos permiten leer las características físicas y sociales de un lugar que son relevantes para su funcionamiento. Así es posible asumir la ciudad como un ambiente de aprendizaje e innovación conductual, con el fin de facilitar y modificar las transacciones con dicho ambiente.
En ello están involucrados dos mecanismos:
1. Los mecanismos básicos de aprendizaje (observación, moldeamiento y aprendizaje por consecuencias) y 2. El aprendizaje de reglas.
Es por esto que la ciudad también se considera un sistema de comunicaciones, lo que permite inferir que es legible, descifrable y enseñable (simbolismos).
El control ambiental es explicado por Páramo (2004) como eje fundamental del estudio de la ciudad, los individuos buscan la autonomía personal y la privacidad a sabiendas de estar en espacios públicos; aun dentro de estos se busca ejercer control sobre lo que sea desea o no comunicar a alguien y cómo se desea comunicar, la búsqueda de privacidad es por el control de la situación.
Las problemáticas sociales se pueden explicar a través de esto como fenómenos psicológicos. La territorialidad por ejemplo, es una estrategia espacial orientada a afectar, influenciar o controlar los recursos y a las personas mediante el control sobre un área. El hacinamiento por otra parte, puede brindar en un individuo sensación de malestar mientras que en otro se traduce en bienestar.
En cuanto a la identidad de un individuo la mayoría puede decir que está formada por entidades específicas como el género, la clase social, la raza y la religión, pero también es necesario incluir la identidad de lugar, la cual se refiere a la identidad personal en relación con el ambiente físico (en este caso el ambiente urbano) a través de un patrón complejo de ideas, creencias, preferencias, sentimientos, valores, metas, tendencias conductuales y habilidades relevantes para este ambiente.
Valera (2008) destaca como a través de la observación de los escenarios físicos en los que el individuo se desarrolla de forma cotidiana se configura su identidad del self y como determinadas áreas geográficas determinan la identidad urbana de sus habitantes. El sentimiento de pertenencia o afiliación en un entorno concreto significativo es muestra de ello, por eso cuando una persona se aleja de su lugar por un tiempo prolongado, su identidad empieza a acomodarse ante las nuevas necesidades y oportunidades del ambiente.
A modo de conclusión es importante destacar una ciudad educadora, cuyo concepto supone la totalidad de la ciudad como un ambiente de aprendizaje que puede organizarse para proveer oportunidades educativas. En este punto la ciudad es contexto, medio de comunicación, objeto de estudio, oportunidad personal y colectiva de ser ciudadano.
Ya que el aprendizaje es un proceso acumulativo que hace uso de las experiencias, es lógico suponer que se aprenderá a partir del conocimiento que trae el individuo a la ciudad y del conocimiento que se gane mientras está allí. El interés es determinante, puesto que es más fácil aprender sobre aquellos temas en los que se está motivado; el aprendizaje del entorno es un proceso mediado socialmente, las personas aprenden mientras hablan, escuchan u observan a otros.

Referencias bibliográficas.
Páramo, P. (2004) Algunos conceptos para una perspectiva optimista de vivir la ciudad. Universidad del Rosario. Bogotá, Colombia.

Valera, S. (2008) El concepto de identidad social urbana: Una aproximación entre la psicología social y la psicología ambiental.

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